EL TRABAJO QUE RECONECTA
Joanna Macy describe el concepto del Gran Giro como la
aventura esencial del tiempo que estamos viviendo hacia la creación de sociedades que sustentan y celebran la vida. Así, el Gran Giro implica una transición desde una economía de crecimiento industrial, condenada al fracaso, hacia una sociedad sustentadora de la vida y comprometida con la recuperación de nuestro planeta. Y esta transición ya está en curso.
En esta situación, podemos dejar que los impactos negativos en los sistemas vivos sigan sucediendo o podemos dar un giro, un cambio al rumbo de las cosas y aportar nuestra creatividad y nuestra pasión por vivir para seguir viviendo en este exquisito e irrepetible planeta Tierra. Tenemos la oportunidad de elegir dónde poner nuestra atención, nuestros pensamientos y nuestra acción.
Desde hace más de treinta años el trabajo de Joanna Macy ayuda a transformar la desesperación y la apatía frente a la crisis ecológica y social, en una acción constructiva y colaborativa. Así, el Trabajo que Reconecta prepara el terreno para El Gran Giro. Su propósito central es ayudar a descubrir y experimentar las conexiones innatas que tenemos las personas con los demás y con la capacidad auto-curativa de la trama de la vida para que podamos asumir un papel en la creación de una civilización sustentable.
La fuerza del trabajo en grupo mediante talleres específicos, como el que hemos realizado «Ser como un Árbol» impartido por Cecilia Agüero, viene de que las personas que nos unimos mediante el Trabajo que Reconecta experimentemos que estamos juntos frente a un destino común. Al encararlo juntas, abierta y honestamente, redescubrimos nuestra interconexión con la trama de la vida. De ello surge la valentía, un sentido más profundo de comunidad y la comprensión de nuestro poder y creatividad.
El taller estuvo planificado para transitar brevemente los cuatro movimientos sucesivos del Trabajo que Reconecta: 1- Explorar en profundidad la gratitud por la vida. 2- Honrar nuestro dolor por el mundo y trabajar con la desesperanza. 3- Vivir un cambio de percepción, viendo con nuevos ojos. 4- Poner nuestras capacidades al servicio de la vida y prepararse para la acción.
Dimos comienzo desde lo simbólico, en el que fuimos entrando en otro espacio-tiempo donde sentimientos y valores se mezclan y potencian. Nos situamos para relajarnos y estar presentes sin prejuicios, sabiendo que somos partícipes de una situación privilegiada donde todos los participantes estamos en red. Por medio de sencillos ejercicios semi lúdicos reflexionamos sobre el agradecimiento, el dolor, la empatía, la confianza, el desasosiego y la preocupación por el futuro para las nuevas generaciones.
El taller funcionó como una isla de tiempo sin distracciones en la que pudimos concentrarnos lo suficiente para explorar nuestras respuestas profundas a estos nuevos retos. También sirvió como refugio y laboratorio de exploración de nuestras respuestas comunales, ya que nos necesitamos mutuamente para descubrir que nuestras respuestas no se encuentran aisladas y que compartirlas trae un profundo sentido de comunidad y poder colectivo. Además, nos ofreció un espacio seguro donde expresar nuestros temores sin tratar de proteger a otras personas y compartir nuestros sueños sin tener que explicarlos a detalle. El trabajo en grupo fue sinérgico, ya que fue creativo, desarrollándose de maneras impredecibles y generando un movimiento hacia delante.
El encuentro termina y con él un sueño final puesto en papel que nos da el broche de despedida temporal, pues creo que todas las personas participantes deseamos que este taller nos encamine a generar nuevos encuentros de participación y reflexión.
Muchas gracias Cecilia y BBT!!!